Otros funcionarios de la Gobernación trataron de desviar las miradas de lo sucedido.
Lo que parecía la instalación normal de las sesiones extras en la Asamblea de Tolima, en el marco de la aprobación del Plan de Desarrollo del gobierno de Adriana Magali Matiz, se tornó oscuro y bastante desalentador por causa de las obras de los hospitales de Chaparral y Rioblanco, centros asistenciales que fueron contratadas por el exgobernador Ricardo Orozco Valero y que hoy solo son excavaciones inconclusas.
Ante los constantes cuestionamientos de los diputados, la secretaria de Salud del Tolima, Katherine Rengifo, con lágrimas en sus ojos, afirmó: “Hay problemas que dan miedo, pero estamos haciendo todo para que salgamos adelante”, hecho que preocupa a los tolimenses, pues lo que eran hospitales para el servicio de la ciudadanía, podrían convertirse en dos más de los 103 elefantes blancos que anunció la Contraloría con los que cuenta el Tolima.
Ante el quebranto de jefe de la cartera de Salud del Departamento otros funcionarios del Gobierno trataron de intervenir, tal como lo hizo Dora Montaña, secretaria de Planeacion y la directora Jurídica del Departamento, Paola Arbelaez; quienes anunciaron posibles sanciones al contratista por incumplimiento.
Es de recordar que para la construcción del hospital San Juan Bautista de Chaparral, se invierten más de $78 mil millones. Por presunto incumplimiento total del contrato, la Dirección de Contratación haría efectiva la cláusula penal para declarar caducidad. Por otra parte se estudia una posible cesión, tema que para algunos sería anómalo y traería muchos problemas más para el desarrollo de la obra.
En cuanto a Rioblanco, la obra cuenta con una avance de poco más del 1%, según un informe de la interventoría.
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