El Tolima sumergido en un baño de sangre y el silencio de las autoridades

El pasado fin de semana, el Departamento vivió un verdadero baño de sangre ante el silencio rotundo por parte de las autoridades tanto administrativas como policiales. En total fueron diez personas las asesinadas, en Flandes, Espinal, Fresno, Mariquita, Ambalema, Anzoátegui y Líbano.

En Espinal, dos personas identificadas como Yineth Góngora Méndez y Jhon Henry Rueda Barrios, murieron luego de ser atacados a tiros en el barrio San Rafael, en el caso, dos personas más se encuentran en delicado estado de salud.

Por otra parte, en Ambalema, una mujer, quien respondía al nombre de Kelis Johana Regino, fue acribillada a las afueras de su vivienda ubicada en el barrio Playa Verde, ataque que deja dos personas más heridas, entre ellas una menor de edad.

En Mariquita, como ya es costumbre, dos personas fueron ajusticiadas. El crimen de una de ellas estaría ligado a la mal llamada limpieza social.

Fresno no se quedó atrás, en el sector conocido como La Gruta, le arrebataron la vida a un hombre, crimen que estaría ligado a un ajuste de cuentas.

En el barrio Caracolí de Honda un caso de sangre cobró la vida de una mujer identificada como Kelly Johana Troncoso, quien aparecía días antes en un panfleto amenazante.

En la vereda Mesopotamia de Líbano, otra persona identificada como Duver Silva Malagón, fue atacado a tiros.

Leidy Mariana Castro Ávila, al parecer, fue asesinada por un hombre en Anzoátegui. La mujer de 29 años de edad, fue atacada a cuchillo por un hombre, quien es buscado por las autoridades.

Finalmente, en un bar de la avenida Los Alcaldes de Flandes, fue ultimado Carlos Felipe Flórez Quiñones, de 24 años de edad, con cuatro impactos de bala. Si bien, este municipio no hace parte de la jurisdicción de la Detol, no se evidencia un trabajo coordinado con las autoridades de Cundinamarca para evitar las muertes violentas.

Para los tolimenses resulta ser preocupante el incremento desbordado del homicidio, pero resulta más inquietante el silencio rotundo del secretario del Interior, Javier Triana y el comandante de la Policía Tolima, El coronel Néstor Raúl Cepeda Cifuentes; quienes aún no han hecho frente a las alertas de la Defensoría del Pueblo de la posible presencia del Clan del Golfo en el Departamento, generando zozobra e incertidumbre en la opinión pública.